lunes, 6 de junio de 2011

"Nuestro desafío es detener la droga que entra por mar y puertos"

SANTO DOMINGO. En palabras del presidente de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD), mayor general Rolando Rosado Mateo, "ya no es un reto controlar la droga por aire". Por tal razón, "todos los esfuerzos de la DNCD se concentran en el litoral marítimo".
Se refirió concretamente a controlar la droga que llega desde Colombia, Venezuela y las Antillas Menores a través de las lanchas rápidas y de la que viaja en los contenedores que se descargan en los muelles y puertos dominicanos. "Nuestro desafío es detener la droga que entre por mar y puertos", dijo al participar en Diálogo Libre, espacio del Grupo Omnimedia.
Sin embargo, destacó que para que la lucha pueda ser efectiva se necesita equipar a la Marina de Guerra y a la DNCD con lanchas y radares capaces de detectar las embarcaciones que entran con drogas al país.  Actualmente, los únicos mecanismos efectivos de defensa que existen, son  los barcos y lanchas de Estados Unidos y Holanda, que vigilan el mar Caribe y el Atlántico. Cuando estos navíos detectan la presencia de embarcaciones ilegales informan a las autoridades locales. En tanto que las naves de la Marina de Guerra, representan costos de combustibles demasiados altos. "Un costo terrible", dijo Rosado Mateo.
Según el presidente de la DNCD, la estrategia corresponde a un plan general que busca destruir "cortando la infraestructura de abastecimiento del narcotráfico, ya que el país no es un productor de droga". Expuso, que junto a las operaciones marítimas "se deben trasladar las labores de inteligencia en el litoral marítimo, porque estamos empecinados en cerrar los mares a la droga, porque sabemos que con la lucha frontal que tienen en México y Colombia, ellos (los narcotraficantes) no se van a cruzar de brazos, seguirán buscando por dónde pasar la droga".
Admitió que dentro de los barrios dominicanos existe un grave problema por el consumo de drogas y el impacto del microtráfico y los agentes ilegales que controlan el tráfico. "En los barrios y las zonas urbanas del país se está viendo el microtráfico como si fuera una actividad comercial normal, y esto es un peligro. Los colombianos nos lo han dicho a nosotros. Así comenzaron ellos. Así fue como un Pablo Escobar llegó a las cámaras legislativas de Colombia", sentenció.
Rosado Mateo dijo que  "aquí tenemos ejemplos locales en el litoral norte del Distrito Nacional cómo El Chino y El Gringo, que se convirtieron en cajas financieras donde acudía todo el mundo a resolver sus problemas".

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